Como cada cuerpo es un mundo totalmente diferente, mi recomendación inicial es asesorarse por un profesional experto en el tema sobretodo si tienes alguna de las siguientes condiciones:
- Embarazo.
- Periodo de lactancia.
- Desórdenes alimenticios como la bulimia y la anorexia.
- Mujeres que hayan probado el ayuno y sufran alteraciones en la menstruación o la ausencia de esta.
- Diabetes tipo 1 y tipo 2.
- Ácido úrico alto.
Estas son mis seis recomendaciones para comenzar a practicar el ayuno:
- Es importante mantenerse bien hidratado cuando hacemos diferentes tipos de ayunos, incluso es permitida la toma de infusiones o té siempre y cuando no tengan azúcar.
- Si eres de las personas que comen cada 2 o 3 horas, podrías comenzar separando las ingestas poco a poco hasta que puedas comer solamente 3 veces al día, esto le permitirá a tu cuerpo recuperarse del trabajo de la digestión y asimilar de manera adecuada la siguiente comida.
- Si ya dominas el punto número 2 y tu cuerpo tiene la suficiente flexibilidad metabólica para dominar las sensaciones incómodas que podrían generar los ayunos, podrías intentar hacer ayunos más largos 1 o 2 veces a la semana por ejemplo.
- Con respecto a hacer deporte, sobretodo si es de alta intensidad, es ideal hacerlo en ayunas, pero si no estás acostumbrado es mejor disminuir la intensidad e ir subiendo poco a poco.
- Una de las cosas más importantes es elegir muy bien los alimentos con los que vamos a romper el ayuno. Deben ser alimentos de calidad (tan básico como frutas, verduras y grasas de calidad por ejemplo) evitando productos procesados, porque si no, no sirve de nada. Además, asegúrate de comer hasta que estés saciado, así te aseguras de no comer menos calorías que las que necesitas.
- Además de comer «comida real», para que nuestro cuerpo no nos pida comida una hora después de haber comido, otra recomendación es que siempre tengamos proteína (animal o vegetal) y grasa de buena calidad en nuestro plato, pues estos son los macronutrientes que nos ayudan a saciarnos más, aparte de la fibra, claro, que está presente en todos los vegetales.