Durante una consulta, un paciente me contaba que le habían prescrito comer cada 2 horas y que había sido una experiencia muy estresante. Había configurado su teléfono con una alarma que le recordaba la hora de comer y muchas veces ni tenía hambre. ¿Te parece normal? Vamos a revisar los puntos de vista de algunos investigadores y especialistas sobre el tema.
La Dra. Ritamarie Loscalzo, reconocida nutricionista estadounidense y especialista en salud de la mujer lo explica así: La sensación de hambre y saciedad, así como el equilibrio del azúcar en sangre, están bajo el control de las «hormonas de la supervivencia», una de ellas la insulina, la cual se secreta por el páncreas en respuesta a la comida.
El concepto básico que debemos aprender es que cuando los niveles de insulina se elevan, se detiene el proceso de quema de grasa, debido a que esta solamente sucede cuando los niveles de insulina regresan a la normalidad, usualmente 3 horas después de la ingesta. Por lo tanto, si comemos cada 2 o 3 horas como algunos profesionales recomiendan, los niveles de insulina nunca regresarán a la normalidad y nunca entraremos en el proceso de quema de grasa.
Por otro lado, uno de los principales consejos de David Sinclair, biólogo australiano especialista en genética y antienvejecimiento, es «no comer tan seguido». Según el experto, los genes de la longevidad trabajan lo mínimo si les damos demasiado, si estamos muy cómodos o si siempre tenemos comida disponible.
Carlos Pérez, investigador y psiconeuroinmunólogo español, menciona que uno de los cambios más importantes para recuperar la salud y el bienestar es no comer más de 2 o 3 veces al día (Pérez, 2012), pero ¿Por qué? Cuando comemos, nuestro organismo inicia la actividad del sistema parasimpático (sistema que modula la digestión y el sueño) llevando mayor cantidad de sangre al aparato digestivo para favorecer una óptima absorción de nutrientes y así almacenar energía. En ese momento, nuestro organismo no se va a dedicar a regenerar ningún otro órgano ni va a destinar energía en generar ningún proceso de desintoxicación, por lo tanto, «Cuantas menos veces comes, menos envejeces».
Oriol Roda, experto español en biología molecular en su artículo sobre ayuno intermitente (Roda, 2019) dice que «Tener siempre disponible alimento significa perder la capacidad de movilizar las reservas de energía y por tanto hacernos dependientes de comer cada poco tiempo, esto nos predispone a ganar peso con facilidad».
Basado en lo anterior y en mi experiencia profesional y personal considero que el hacer 5 o 6 ingestas al día cada 2 o 3 horas no solo no acelera el metabolismo, sino que altera la capacidad de usar la grasa como fuente de energía que termina siendo almacenada, siendo esta una de las principales causas de enfermedades del mundo moderno como la obesidad, diabetes, hipertensión y síndrome metabólico.
Mi primer consejo con respecto a este tema es separar las comidas lo más que puedas de manera que se disminuya la cantidad de ingestas y llegar a ellas con sensación de hambre. Cuéntame tu experiencia!
Referencias
- Loscalzo, Ritamarie. (2007). The Many Faces of Fasting.
- Sinclair, David. (2020). The Longevity Switches, Brain Decline, Cancer, Surprising Super-Drink, Stroke, Depression talk. The Little-Known, Life-Changing Health Summit.
- Pérez, Carlos. (2012). Paleovida
- Roda, Oriol. (2019). Ayuno Intermitente: Qué es y cómo hacerlo. https://mhunters.com/es/blog/ayuno-intermitente-que-es-y-como-hacerlo